Compras Compulsivas
VS
Compras Impulsivas
Como consumidores, nos vemos inmersos en una sociedad en la
que se han puesto de relieve aspectos como el consumismo y el materialismo. De
esta forma, los sujetos son más valorados según lo que posean o puedan llegar a
poseer, enfrentándonos, claramente, a una sociedad materialista.
Ante esta situación, la comunidad científica se ha
interesado en estudiar los efectos de una sociedad consumista y materialista,
analizando cómo afecta al individuo este tipo de comportamientos. Las
comprensiones de lo que ahora llamamos compra compulsiva e impulsiva son relativamente
nuevas en la evolución de la ciencia.
La mayoría de las personas realizan sus comprar en función
de intuiciones o impulsos. Así, se da lugar a lo conocido como compra no
planificada. Este tipo de compras no sólo dependen del objeto que se quiera
adquirir, sino que también dependen del simbolismo que le otorgue el individuo
y de la interacción entre sujeto y objeto.
Llegados a este punto debemos establecer la diferencia entre
la compra compulsiva de la compra impulsiva:
Compra compulsiva o patológica: es aquella en la que el
sujeto otorga al objeto un significado, de modo que al realizar la compra ésta
genera una sensación de satisfacción o placer momentáneo. Por ello, el sujeto
inicia una dinámica de volver a realizar el proceso de compra. Se crea por
tanto, una adicción a la compra. La mayoría de los compradores compulsivos
utilizan la compra para enfrentar situaciones insatisfactorias, bien sea con su
entorno o con ellos mismos.
Compra impulsiva: se considera compra impulsiva a todo
aquello que compramos que no teníamos planificado antes. Estudios demuestran
que el 50% de nuestras compras son de este tipo. No debemos olvidar que comprar activa los
circuitos de recompensa cerebrales. Estos circuitos nos sirven para procurarnos
las necesidades básicas como hambre, sed y sexo, pero también para procurarnos
placer. Por eso no es de extrañar que las conductas que activan estos circuitos
de recompensa tiendan a repetirse. Y eso sucede en la compra por impulso.
La mayoría de las cosas que compramos, no las necesitamos.
La publicidad y el marketing tienen como objetivo crear necesidades en el
sujeto para que estos sientan la necesidad de comprar, es decir, que se
desencadene este impulso.
Ambos tipos de compra tienen en común el sentimiento de
posesión y la necesidad de urgencia que se crea. Sin embargo, mientras el
primero puede requerir ayuda de especialistas, la compra impulsiva es un acto
no deliberativo que no tiene porque repetirse de manera recurrente.
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